Iceta delata a Sánchez: avala la sustitución de los suspendidos por Llarena

El PSC ve con buenos ojos que Puigdemont y los otros diputados suspendidos puedan ser reemplazados en las votaciones por otros miembros de sus grupos

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El PSC ve con buenos ojos que Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y los otros cuatro diputados independentistas del Parlament suspendidos por el Tribunal Supremo (TS) puedan ser sustituidos de forma temporal por otros integrantes de sus respectivos grupos parlamentarios, como proponen los servicios jurídicos de la cámara catalana pese a que el reglamento del Parlament no prevé esa posibilidad.

La postura de los de Miquel Iceta es significativa por lo que tiene de avanzadilla de la postura que podría adoptar el Gobierno del socialista Pedro Sánchez, y permite intuir que, en caso de que esa fuera la opción escogida, el ejecutivo central no haría casus belli del asunto.

Torrent pide más tiempo

La decisión sobre qué hacer con los diputados suspendidos por el juez del TS Pablo Llarena la ha dejado la Mesa del Parlament para ultimísima hora. Los letrados emitieron el lunes por la tarde su dictámen sobre el asunto, y la mesa tenía que pronunciarse antes del inicio del pleno que arranca este martes y está previsto que dure hasta el jueves, el último antes de vacaciones. Pero el presidente de la cámara, Roger Torrent, pidió más tiempo para que los grupos puedan estudiar el informe, y la decisión se pospuso hasta este miércoles, cuando se ha convocado a la mesa a las nueve de la mañana.

La dilación es posible porque no hay prevista ninguna votación en el pleno hasta la tarde del mismo míercoles, e indica la complejidad que conlleva la decisión, pese a que en realidad, solo depende de Junts per Catalunya (JpC) y ERC, que tienen mayoría en la mesa.

El camino de en medio

Las dos formaciones han afirmado por activa y por pasiva que no pedirán a sus diputados que renuncien a sus actas, pero eso, con la normativa en la mano, solo deja la opción de que renuncien a los votos de los seis (cuatro de JpC y dos de Esquerra), y se queden con solo 60 (59 operativos, porque el de Toni Comín lleva meses congelado para evitar problemas legales), demasiado lejos de los 68 que marcan la mayoría absoluta, incluso aunque pudieran contar con los cuatro votos de la CUP, que ya lleva meses desmarcada de los partidos que integran el gobierno catalán.

Lo que pasa es que el plan es tirar por el camino de en medio, siguiendo, para más inri, la ruta marcada por el propio Llarena. El juez instructor de la causa del procés admite en su auto que la suspensión, en tanto que temporal, no puede suponer ni que los grupos parlamentarios de los procesados se queden en minoría mientras dure la medida, ni tampoco que esta suponga que los suspendidos «renuncien definitivamente al derecho de representar a sus electores».

Llarena abre una puerta que no conduce a ninguna parte, porque no existe, ni en la ley electoral ni en el reglamento del Parlament, la opción de una sustitución temporal de este tipo

En esa línea, el magistrado remarca que «no hay impedimento procesal» para que sus funciones puedan ser ejercidas «de manera plena, pero temporal, por otros integrantes de sus respectivas candidaturas», si así lo decide el Parlament.

Así, Llarena abre una puerta. El problema es que no conduce a ninguna parte, porque no existe, ni en la ley electoral ni en el reglamento del Parlament, la opción de una sustitución temporal de este tipo.

Primer informe del letrado mayor Ridao

Pero el informe de los servicios jurídicos, el primero suscrito como letrado mayor del Parlament por el exsecretario general de ERC Joan Ridao, que estrenó cargo la semana pasada, se aferra a la puerta abierta por el juez instructor.  El dictamen de Ridao concluye que no hay ningún impedimento para que una eventual reforma del reglamento parlamentario incluyera «un mecanismo de sustitución temporal de los diputados suspendidos», pero admite que ahora mismo no existe.

Ahora bien, propone que, hasta que se efectuaran esos cambios normativos «se podría incluir la posibilidad de que un diputado de la misma cámara asumiera simultáneamente la condición de sustituto» de otro diputado suspendido de su mismo grupo. 

A la práctica, y por lo que respecta a las votaciones, eso supondría un mecanismo muy similar al de la delegación de voto, que ya se se estaba aplicando en el caso de los seis diputados ahora suspendidos por Llarena. 

Aval del PSC

A la espera de la decisión de hoy, el socialista David Pérez pidió a la mesa (de la que es secretario segundo) que escoja «la fórmula más adecuada para que esta sustitución se pueda hacer efectiva».

Esa postura de los de Iceta, uno de los diseñadores de la estrategia catalana de Sánchez, apunta al laissez faire del Gobierno en este asunto. Lo que no impide que PP o Cs, que ya han mostrado su rechazo a cualquier eventual sustitución de los suspendidos, sí que presenten recursos de amparo contra la medida.

Pero eso no se traduciría en ninguna suspensión automática, como sí sucede cuando el ejecutivo central recurre al Tribunal Constitucional. Y, con el redactado del auto de Llarena y un informe de los servicios jurídicos en el que apoyarse, a lo más que se expondría la mesa es a que dentro de unos meses, alguna votación acabara finalmente anulada, así que este es un pulso que la mayoría independentista parece dispuesta a mantener.

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